lunes, 26 de marzo de 2007

Tras el naufragio


Hay días especialmente grises, en que parece que el sol se ha extinguido y falta el aire. Todo parece zozobrar y a la vez estar en una somnolienta calma chicha. Esos días es mejor tumbarse sobre el tablón que resta después del naufragio y contemplar estrellas con serenidad. Si algún otro náufrago aparece en la lontananza, se puede cantar juntos y contar cuentos, así como también compartir lo poco o mucho que se tenga. Esos náufragos entonces tienen la certeza de que tras el cielo plomizo está el sol, y que la vida nunca dejará de ser hermosa y valiosa.

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