¡Viva la ortodoxia!

Leído en la prensa. Después pensado.

Dos profesores de un centro teológico del islam suní en Egipto han dictado una “fetua” (una especie de carta pastoral o interpretación personal de leyes islámicas), según la cual un hombre y una mujer no pueden estar o trabajar a solas en el mismo despacho o habitación si no están casados o tienen entre sí un vínculo familiar próximo. Nada dijeron estos profesores, sin embargo, si también sería pecaminoso y se incurriría en grave riesgo para la salvación del alma si esa pareja a solas en un cuarto fueran del mismo sexo. Otros teólogos islamistas, quizá algo más progresistas, consideran que basta con que, en tales casos, la mujer vaya cubierta con el hiyab. Nada dicen, sin embargo, si el hombre ha de estar cubierto o no por alguna prenda. Los dos profesores egipcios mencionados anteriormente, tras sesudos análisis y cavilaciones, han decidido igualmente que una mujer puede estar a solas y sin velo con un hombre, siempre que lo hubiera "amamantado directamente de su seno en cinco ocasiones". No queda nítidamente claro si con ello aluden al vínculo madre-hijo, o a algún procedimiento erótico peculiar (cinco veces en una sola sesión, por ejemplo), o a algún tipo de ayuda alimentaria que determinadas mujeres proporcionen a algún sector de la población. Para liar más la cosa, el año pasado otro teólogo islamista declaró que si los esposos realizan el acto sexual completamente desnudos se invalida el matrimonio. De fuentes bien informadas se ha llegado a saber que, a raíz de esta última fetua, no han sido pocas las parejas casadas que se han metido ipso facto desnudos y juntos en la misma cama, para obtener rápida y gratuitamente la anulación de su matrimonio. La Rota Romana, el tribunal católico encargado de las anulaciones matrimoniales de aquellas parejas que pueden pagar los altos costes del proceso, ha denunciado ante el Tribunal de La Haya esta última resolución islámica por considerarla un caso flagrante de competencia desleal y abusiva.