miércoles, 20 de junio de 2007

Días especiales


Hay días, aparentemente anodinos, que uno sabe que son especiales. En ellos surge la vida y su posible acabamiento en toda su nítida crudeza. Naces un día, sin conciencia y sin programación, y otro día desapareces. Entretanto, sujeto a cualquier tablón encontrado en pleno océano y en plena noche, cuentas estrellas en soledad o cuentas cuentos a otros, asidos también a sus respectivos tablones, que se van cruzando al pairo de la calma chicha o de las tempestades. No hay meta ni rumbo, sólo el segundo a segundo que toca paladear. Somos el producto de nuestra propia libertad a lo largo de los años, de los instantes. Sin embargo, hay días en que algo se incrusta en las paredes del estómago y llama a la puerta de la lucidez: esto se acaba… Recorren entonces los pasillos de la mente millones de vivencias pasadas y todas susurran quedamente el mismo mensaje: a pesar de todos los pesares, la vida es hermosa y valiosa porque los demás me han regalado cada noche sus cuentos en el océano, porque me han pedido también mis mejores cuentos. Hay quien teme a la muerte. Yo, no. Mi única lamentación sería que no restase en el corazón de alguien algún cuento de los que nos hemos ido contando en el fulgor y la oscuridad de la vida

6 comentarios:

  1. Hoy en tu artículo de El Periódico de Aragón, le has dado un buen repaso a la actualidad. Totalmente de acuerdo contigo.
    Coincidiendo con tu articulo, la noticia del intento del encierro de la Escuela de Artes. "No los moverán".
    Por cierto creo que lo sabes, pero por si no es así, el profesor expedientado con 2 años de empleo y sueldo por encerrarse con sus alumnos el pasado año es Profesor de Filosofía, será casualidad?
    Un abrazo.
    Paco de Orna.
    paco27556@yahoo.es

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  2. He seguido desde hace tiempo el asunto de la Escuela de Artes. A traves de una antigua alumna, conocí a varios alumnos y representantes, y también estuve hablando con el profesor de filosofía que mencionas.
    Estupendos todos tus comentarios.
    Gracias, Paco
    Un abrazo

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  3. Tus cuentos, al igual que tu sonrisa siempre están y estarán presentes.

    Y es que cuando una buena persona cala hondo, no hay rastrillo, marea ni nada por el estilo que logre arrancar su recuerdo del corazón de quienes han tenido la suerte de coincidir.

    Ya sabes que para mi, es una SUERTE el conocerte, el aprender de ti...Te lo dije en la primera carta que te escribí...

    Besos y muchas sonrisas de oreja a oreja.

    Se feliz, hoy y siempre.

    (Y ahora, mientras la lluvia se pelea con el cristal de mi ventana, furiosa, recuerdo aquellos días en los que yo era más pequeña y mi padre me contaba cuentos…)

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  4. Xordiga...
    En pleno océano, hoy noche cerrada, tu voz me suena a familiar y amiga, aunque no adivino bien los rasgos de tu rostro.
    Anda, cuéntame esta noche un cuento.
    (Ya no llueve...)

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  5. Está bien, te cuento el cuento de una muchacha que,en un tiempo no muy lejano,decidió aprovechar que un cuentacuentos, quizá el mejor que había conocido nunca, estaba disponible unas horas a la semana...Aún a riesgo de saber que se arriesgaba a ser preguntada por los cuentos, decidió quedarse a sus sesiones y, poco a poco, descubrió que había elegido el camino correcto.

    Tuvo la suerte de conocer un poquito más, sesión tras sesión, a ese hombrecillo tan singular que se dedicaba, con orgullo, a contar historias de vida y conocimientos de sus semejantes antepasados, a la par que enseñaba a vivir a sus alumnos, a vivir y a sonreir; a vivir sonriendo. Y a luchar.

    Ya ves, he decidido cambniar mi nombre para mostrar.

    Xordiga/xordica/aliaga...Flor del Pirineo, flor aragonesa, ruda como esta tierra.

    Pero frágil a su vez...

    Como yo, quizá...

    Espero que hayas disfrutado del cuento.

    Besitos.

    Sé feliz, hoy y siempre.

    ANA

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  6. Gracias por tu cuento.
    Hoy ha sido una jornada muy compleja y difícil para mí.
    Con tu cuento, ya puedo y estoy dispuesto a descansar.
    Hasta que se me cierren los ojos, seguiré contando estrellas...
    Por cierto, ¿te gusta esa, ahí, tan brillante, tan pequeñita?
    Buenas noches, Xordiga
    Buenas noches, Ana

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