miércoles, 11 de julio de 2007

Moscas




Publicado en El Periódico de Aragón, el 11 de julio de 2006

Se nos cuelan en los calores veraniegos algunas malas noticias, salpicadas de preguntas que pican como tábanos. Intentamos espantarlas, los medios de comunicación informan de ellas con sordina y crema balsámica protectora, pero las preguntas siguen revoloteando por nuestras cabezas y se incrustan en los pliegues mismos del cerebro.

Siete turistas españoles murieron y otros seis resultaron heridos en un atentado terrorista perpetrado por un atacante suicida en el nordeste de Yemen. Toda una salvajada, que solo deja dolor. Ninguna de las víctimas había causado daño alguno, pero llegó un fanático y les segó la vida por el delito de ser infieles y occidentales. También en Afganistán mueren diariamente inocentes. Por ejemplo, un centenar de seres humanos (entre ellos, niños) murieron recientemente en un ataque de la OTAN en Hiderabad, al sur de Afganistán. Al parecer, algunos talibanes se habían escondido en el pueblo y las denominadas “fuerzas de la Coalición” bombardearon el pueblo. Es decir, otra salvajada y más víctimas inocentes. Allí están los ejércitos occidentales desde 2001 bajo el lema de “Libertad duradera”, que, de momento, poca libertad ha proporcionado al pueblo, aunque sí ha asegurado el oleoducto Asia Central-Pakistán que pasa por la zona. Nos hemos solidarizado con las víctimas españolas en el atentado de Yemen, hemos podido contemplar profusamente sus exequias en los medios de comunicación, mientras las moscas que sobrevolaban los cuerpos de los asesinados en Afganistán (un ataque más con los consabidos y bastardos efectos colaterales) apenas son un lejano zumbido en nuestras mentes. A pesar de todo, otra mosca, aún más insistente que el resto, pregunta qué pintan, visto lo visto diariamente, las tropas (españolas y no españolas) en Afganistán.

En Gran Bretaña llevan unos días de inquietud y sobresalto por los últimos intentos de atentados terroristas en Londres y Glasgow. De haber logrado sus propósitos, los atentados habrían sembrado las calles de cadáveres, de víctimas inocentes, dados los lugares escogidos y la potencialidad de sus cargas, y durante días nos han bombardeado incesantemente con estas noticias. Sin embargo, se produce un ataque con misiles israelíes sobre la población palestina de Rafah con decenas de civiles muertos, y la noticia tiene menos eco que la meteorología de Tanzania. O la marina israelí bombardea (“por error”) sobre una playa de la franja de Gaza llena de familias palestinas que disfrutaban del primer fin de semana de las vacaciones escolares (10 civiles muertos, entre ellos un matrimonio y sus cinco hijos muertos, y más de 30 heridos) y no pasa nada. Zumban las moscas, pican los tábanos, acosan las preguntas.

Todos nos hemos enterado de que un coche contenía gas, gasolina y clavos en la conocida zona londinense de Piccadilly Circus, y el mundo entero ha puesto el grito en el cielo por la amenaza terrorista. Pero en unos pocos meses de 2006 las fuerzas israelíes lanzaron alrededor de 6.000 proyectiles de artillería y más de 80 misiles contra la Franja de Gaza, uno de los lugares del mundo con mayor densidad de población, y el hecho carece de relevancia: ni nos enteramos. Una mosca pregunta: si en Londres eso es terrorismo, ¿qué es entonces en Gaza?

El 4 de julio es día festivo en Estados Unidos por el aniversario de su Declaración de Independencia. También el 4 de julio se cumplen 2.000 días desde los primeros traslados de prisioneros a Guantánamo. La misma fecha sirve para que un país se sienta orgulloso de sus logros y de su historia y a la vez para que ese mismo país tenga a 375 seres humanos en condiciones inhumanas y degradantes, sin derechos y sin un trato digno, precisamente en nombre de la libertad y de la paz. Entretanto, cientos de miles de iraquíes, casi todos civiles, han muerto violentamente desde la invasión de Irak. Un tábano pica directamente en el corazón…

Zumban las moscas, aturden y no dejan dormitar al mismo tiempo. Tras 34 días de guerra en territorio libanés entre Israel y Hezbolá, mil víctimas civiles (un tercio de ellas, menores de edad) murieron en un conflicto despiadado, y un millón de bombas racimo israelíes sin explosionar siguen esparcidas en territorio libanés, matando y mutilando a diario a la población civil. Los expertos en tareas de desminado de la ONU calculan que se tardará años en limpiar la zona. Zumban las moscas, nos llega el zumbido de las que creemos más cercanas, mientras de todas las demás ni nos informan ni queremos informarnos. Sin embargo, aunque a veces molesten, aunque algunos quieren matar moscas a cañonazos, las moscas proporcionan también bastante lucidez.

1 comentario:

  1. Agudo y necesario análisis. Porque a veces solemos perder las referencias globales.

    Espero poder escribir más a menudo gracias a que me he cambiado de navegador y ahora sí puedo abrir rápida y cómodamente la ventana de comentarios. Cosas de la tecnología.

    Salud

    ResponderEliminar

Si lo deseas, puedes hacer el comentario que consideres oportuno.