sábado, 3 de noviembre de 2007

Sobre el fracaso escolar


Una de las cosas más duras e hirientes que se puede decir a alguien es que es un fracasado. Pues bien, una de las expresiones más usadas y corrientes en el mundo educativo es “fracaso escolar”.

Todos hablarán largo y tendido sobre el “fracaso escolar” a condición de que desde el principio quede claro que los demás, y no uno mismo, son los responsables de ese fracaso.

El fracaso escolar es sobre todo un fracaso de la escuela.

El profesorado echará la culpa del “fracaso escolar” a las familias, a los alumnos, a la Administración, a los gobernantes (sobre todo si éstos son de izquierdas). Las familias, sobre todo a los profesores de sus hijos. Los alumnos procuran pensar lo menos posible en la cuestión, pues hagan lo que hagan y digan lo que digan, siempre resultarán finalmente culpables del desaguisado (la cuerda suele romperse por el punto más débil). Por su parte, la Administración organizará nuevos cursos, cursillos, conferencias, congresos para analizar el problema. Los gobernantes echarán la culpa a la oposición, la cual, previamente, habrá responsabilizado de todo al Gobierno.

Otros, incluso personas de muy buena voluntad, quieren poner remedio a los males de la educación, prometiendo prometen más dinero, más inversiones, más medios, más infraestructuras, más personal. Todo ello está bien, pero olvidan lo más importante: preguntarse y responderse qué es eso de educación y a qué tipo de educación pretenden conducir.

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