lunes, 13 de octubre de 2008

Protesta laica el 12 de octubre


El día 12 de octubre amaneció muy nublado. Había llovido durante la nochem pero desde las primeras horas de la mañana podía verse una verdadera riada de gente ataviada con los trajes y los vestidos típicos de Aragón por las zalles de Zaragoza.

Mi hija, Bego, su amiga Menchus y yo nos pasamos la mañana entera bregando contra el diluvio de agua que iba cayendo intermitentemente y los continuos cambios de planes que iban haciendo desde el Ayuntamiento. Previamente, habíamos decidido no sacar las pancartas individuales con el lema “Ayuntamiento Laico” para no dar al gentío baturro que pensar que íbameos contra la Ofrenda de flores o contra sus devociones particulares.

Esperamos a la comitiva en la Puerta principal de la basílica del Pilar (tal como nos había indicado la Policía Municipal) para su ingreso por la Misa Pontifical de Rouco Varela a la que iban a asistir. Debido a la lluvia nuestro quedó en un poco, pues la comitiva municipal entró por la puerta adyacente, más cercana al monumento floral.

(Previamente, me había encargado de dejar por los bancos interiores de la Basílica hojas explicativas de qué era el laicismo).

Quedamos en la Plaza hasta el término de la misa, pues sabíamos que Belloch y la Corporación Municipal, Rouco y sus adeptos, la policía con sus caballos y sus galas, así como con sus fantarrias, iban a rodear la Plaza con una carroza, para realizar una segunda ofrenda floral. Fue entonces cuando cayó otro verdadero diluvio. Empapados, nos enteramos después de que se suspendía la procesión con la carroza.

Permanecimos otro buen rato en la Plaza, guareciéndonos bajo los porches cuando la lluvia arreciaba. Nadie aparecía por la Plaza, y yo mi figuré que estaba degustando todos un buen vino español en la sacristía del Pilar, tal como sucede otras veces en circunstancias similares,

Empezamos a preguntarnos qué hacer allí, y decidimos personarnos en el Ayuntamiento para dejar al Alcalde de nuestra parte una pancarta con el “Ayuntamiento Laico” de rigor. Los municipales de la puerta nos miraron asombrados (desconocían qué íbamos a entregar y que no teníamos la menor esperanza de éxito) y nos comunicaron que todo estaba cerrado.

Llevábamos tres horas allí y nos preguntábamos sin palabras qué hacíamos ya allí. Decidimos irnos a comer a algún restaurante cerano, cuando volvieron a sonar las fanfarrias, asomaron las plumas de los caballeros y guardias engalanados y aparecieron al final el Alcalde Belloch y sus concejales del PSOE, PP y PAR. Alguno nos miró entre la extrañeza y el divertimiento. Belloch medio saludó con la cabeza, sonrió y su mensaje pareció ser: “Vaya, aquí estáis, inasequibles al desaliento, como el Alcoyano”.

Entraron en el Ayuntamiento, y nosotros tres nos abrazamos, pues celebramos interiormente y exteriormente aquellos momentos.

Nadie se metió con nosotros. Nos miraban, eso sí, pero pudimos salir de allí, para comer bien y brindar por lo sucedido con toda la alegría de nuestro corazón.

Personalmente, lamenté que mi única compañía hubiese sido mi hija y su amiga. En realidad, hubo más acompañantes: mi coherencia y mi serejo disfrute de haber hecho lo que me pedían mi mente y mi corazón.

Gracias, Bego,. Gracias, Menchus.

3 comentarios:

  1. Tu perseverancia os shacen grande, a ti y tus tus acompañantes. Muchos estamos contigo, no lo dudes.

    Por cierto, suerte tuviste de que Belloch te sonriera, con lo bien que se le da últimamente lo de faltar al respeto e insultar a quienes no piensan como él...

    Pd. Rouco estuvo por el ayuntamiento campando a sus anchas... Y otra cosa ¿se les está poniendo cara de obispos a los concejales de psoE o es mi imaginación?...

    Pd2. Te enlazo desde mi blog, ok??

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  2. Gracias por los ánimos. Vienen muy bien. A Belloch hay que borrarle cualquier sonrisa de su cara.
    Por cierto, no sé cuál es tu blog. Ya me dirás algo para hacerle alguna visita.

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  3. si pinchas en el nombre te sale el blog. Un abrazo!

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