lunes, 31 de mayo de 2010

Por Madrid, 2




Quiero empezar en la calle Atocha, a la altura de Antón Martín, Allí fueron asesinados por unos criminales fascistas, unos abogados laboralistas de Comisiones Obreras. Conocí a algunos de ellos. Incluso pasé una noche en el hospital velando a una compañera con varios balazos, uno de ellos en la cara.
Quedé un buen rato mirando aquella casa, aquella puerta.
Me sentí lleno de agradecimiento, de emoción, también de indignación.
Eran muy buena gente, lo sé muy bien.
Por mi memoria pasaron ellos y otros muchos del PCE y CCOO que entregaron sus vidas, su bienestar, todo lo que tenían por unos ideales, por unos valores.
Y me prometí no renunciar a esas ideas y esos valores.
Gracias. compañeros y compañeros.
En ese abrazo que representa el monumento erigido en vuestra memoria al otro lado de la calle, estoy yo también.
Gracias, compañeras y compañeros.

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