sábado, 3 de julio de 2010

Hermosas, y de gran calado, palabras de Benigno Arias


Mi buen amigo, Benigno Arias, excelente profesor-orientador y execlentye persona, con el que he compartido durante años sendas y horizontes educativos, pronunció estas hermosas palabras el día de la celebración de su jubilación en el IES "Grande Covián", de Zaragoza.

 A MIS COMPAÑEROS DE VIAJE, EL PROFESORADO DEL IES GRANDE COVIÁN DE ZARAGOZA EN LA HORA DEL AGRADECIMIENTO Y RECONOCIMIENTO.
No quiero abrumaros con pensamientos profundos, antes al contrario me gustaría  enunciar tres sencillos mensajes.

PRIMER MENSAJE
Quiero comenzar manifestando que estoy agradecido por haber podido disfrutar de vuestra compañía. Estoy muy agradecido y satisfecho porque todos habéis contribuido a que una labor compleja y difícil como es la de la orientación y la tutoría se haya vuelto más sencilla y fácil de realizar.
Toda palabra dicha o escrita encierra un mensaje que no es neutro, porque el propio lenguaje carece de neutralidad. Detrás de las palabras que pronunciamos o escribimos están las ideas, creencias, vivencias y experiencias. En este momento importante de mi vida he elegido  la palabra compañero  para comunicarme con vosotros porque su etimología,”el que come su pan con”, me resulta altamente significativa.
Hemos sido compañeros y hemos tenido una  asignatura común, el cotidiano  “aprender a vivir y convivir”. También, cada uno de nosotros desde  los contenidos de nuestras asignaturas, áreas o materias, según la legislación de turno,  hemos comido con nuestros alumnos el pan de la enseñanza que conlleva la instrucción y el enseñar a vivir,  el enseñar a convivir.
Quizá porque rauda y veloz acude a mi mente la idea de que la educación es un arte noble, parafraseando al célebre poeta Miguel Hernández, me siento tentado a añadir que hemos sido y somos “compañeros del alma, compañeros…” Quiero confesaros en voz alta  que me es muy grata vuestra compañía y deseo hacerlo  muy explícito recurriendo ahora a los versos de  Mario Benedetti  sin cambiar el tiempo verbal:
Con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañeros
    compañero te desvela
    la misma suerte que a mí
    prometiste y prometí
    encender esta candela
En efecto, quiero reiterar mi agradecimiento y reconocimiento hacia vosotros, porque son palabras que hacen referencia al bien recibido gratuitamente de otra persona y que provoca un sentimiento positivo de benevolencia y deuda hacia ella. La elección de la palabra agradecido, pues, no obedece,  a esa frase tan traída y llevada de que “de bien nacido es ser agradecido”, no. Más bien la he escrito y la pronuncio por el afecto, la emoción y el sentimiento de deuda, pero sobre todo de  gratitud, que os profeso a todos sin excepción, si bien, tampoco tengo porque ocultarlo, en diferente grado o medida. Soy humano y sintonizo con todos los seres humanos pero no siempre en la misma honda. He interactuado con vosotros en  mayor o menor cercanía, pero nunca en la lejanía. A vuestro lado he aprendido mucho, bastante más de lo que algunos podáis imaginar. Nos hemos influenciado mutuamente y por eso formáis inevitablemente, de forma consciente e inconsciente,  parte de mi vida. Vuestros gestos, vuestras palabras, vuestra imagen ya está en mi memoria y espero conservarla viva durante mucho tiempo.
Después de este agradecimiento y reconocimiento general y para todos me gustaría  ir haciendo algunas concreciones, sin pretender ninguna preferencia.
Gracias a los equipos directivos con los que he trabajado gustosamente y de manera especial  a los jefes/as de estudio que han colaborado muy estrechamente en las reuniones de tutores.
Gracias a todos los miembros de mi  Departamento de Orientación con los que he convivido  más intensamente y que  han tenido que soportar diariamente mis defectos.
A todos los que habéis desempeñado en cualquier curso la función  tutorial. A los compañeros del café en el Siglo XXI donde hemos dado rienda suelta a nuestra filias y fobias y hemos tenido nuestras tertulias futboleras. A Carlos Fernando y el Departamento de Inglés por haber permitido  colaborar en una experiencia tan gratificante como fue el intercambio con Suecia, aunque no exenta de cierto riesgo e inquietud.

SEGUNDO  MENSAJE.
Me gustaría transmitiros la idea de que un orientador, psicólogo, pedagogo, o psicopedagógo juega, hoy,  un rol importante en los Institutos. Nadie mejor que él, por la formación que ha recibido, entiende o debe entender al profesorado. Aunque a alguno os cueste  comprenderlo y más aún, admitirlo, es así. Siempre he intentado comprender cualquier tipo de problema o dificultad vuestra. Es más, he partido del hecho de que esta es una de las principales  funciones del orientador y que no ha de reclamar esa comprensión del profesorado hacia él, sino darla de manera profesional sin ningún tipo de cortapisas.
Por eso me considero, también,  autorizado a poder decir que TENGO PLENA CONFIANZA EN VOSOTROS  para resolver los nuevos retos que vayan surgiendo en la educación de hoy y de mañana. La confianza tiene lugar porque hay una creencia en la previsibilidad del comportamiento ajeno, del otro o de uno mismo y que provoca un sentimiento positivo ya que anticipa un futuro exento de amenazar y rodeado de cierto grado de seguridad. Vuestra capacidad creativa, vuestra capacidad de adaptación, demostrada a lo largo de todos estos años, es la mejor garantía de que el futuro está asegurado y en buenas manos.

TERCER MENSAJE.
Espero humildemente poder decir que os he ayudado a descubrir los Vinos del BIERZO QUE SON CASI TAN BUENOS COMO LOS DE ARAGÓN.

Gracias, Benigno. Un fuerte abrazo.
 

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