jueves, 7 de julio de 2011

Pretenden no dejar ni morir en paz


Hace muy pocos días, una gran amiga de una muy buena amiga mía, falleció en el Hospital Miguel Servet, de Zaragoza. Por lo que sé, descansó en paz y de modo ejemplar, tras una larga enfermedad.
En sus últimos días, ya en estado terminal, pero consciente, apareció en su habitación un capellán católico, con bata blanca y su cruz bien a la vista. A ese capellán aún (¡!) lo pagamos todos con el dinero de todos, por el Concordato de 1953 y los Acuerdos de 1979 entre el Estado español y el Estado del Vaticano.
Aquella mujer, educadamente, le dijo que no quería sus servicios. El capellán se fue por donde había venido, pero no sin entregarle antes una estampa. La “Virgen de la sonrisa”, de Toledo, ocupa el anverso. En el reverso hay un texto, que ese capellán (¿tiene algo de sensibilidad?) entregó a aquella mujer enferma y de avanzada edad.
He aquí unos cuantos párrafos del mismo (la totalidad puede leerse en la imagen que acompaña esta nota):

ORACION
Santa maría, Madre de Dios y Madre mía,
acudo a Ti pidiendo ayuda y consuelo.
Me arrepiento de haber abortado a mi hijo.
Alcánzame la gracia de llorar Contigo al pie de la cruz.

La Iglesia, que es madre, me enseña
que mi hijo goza ya del infinito amor del padre en el cielo
y me ha perdonado.
(…)
Intercede por todos los que han cooperado en el aborto:
familiares, amigos, personal sanitario y políticos…
para que se conviertan y alcancen perdón.

Acoge en tu regazo de madre a mi bebé y concédeme
reunirme con él y amarlo eternamente en el cuelo.


¿Cuándo dejará de haber capellanes católicos y de cualquier otra confesión, pagados por el Estado? ¿Cuándo dejarán de entrar en las habitaciones de los enfermos si previamente no se ha solicitado una visita de tal guisa? ¿Cuándo dejarán de conducirse como garrapatas con cualquier enfermo indiscriminadamente? ¿Semejante individuo es consciente de que está metiéndose en la conciencia y en la vida privada de una persona? ¿Cuándo resolverán los de su especie su obsesión por el sexo, la homosexualidad, los anticonceptivos, el aborto? ¿Para cuándo un Estado realmente laico y aconfesional?

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