martes, 15 de octubre de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 99

Lloviznaba levemente cuando el perroflauta motorizado ha visto en la calle Alfonso, esperando, a Federico. Se han tomado un café deprisa y corriendo para no hacer tarde y enseguida han ido al portal de la Consejera aragonesa de Educación. Federico es un hombre comprometido con Sabiñánigo y sus gentes, es también un hombre admirablemente coherente con lo que piensa y lo que quiere. Él y el perroflauta motorizado se conocieron en terrenos y lides laicistas, y ahora se saben cercanos a la hora de luchar por lo que ambos consideran necesario y valioso. 
Al poco tiempo ha llegado Maite con su franca risa y su buen humor, que no se borran nunca de su cara por muchos problemas que pueda tener. Maite ha traído al perroflauta motorizado un precioso regalo en forma de uvas y pera. El perroflauta motorizado sabe lo que vale ese regalo e incluso le ha llegado a emocionar. Desde los tiempos de Stop Desahucios permanece en el corazón del perroflauta motorizado esa amistad con Maite como un valioso tesoro y un estupendo regalo de la vida.


Marisol, una luchadora infatigable, se ha sumado al poco tiempo, una vez solventadas las mil tareas cotidianas que afronta. Y Marga, que cada martes y jueves se acerca al portal, aportando vitalidad y todas sus ganas de combate. Y la madre de Ernesto, de cuyo nombre no puedo acordarme por culpa de la edad y del alzheimer (¡perdona!). Y X, un hombre de avanzada edad, que se ha declarado lector empedernido de los artículos del perroflauta motorizado y nos ha mostrado su espíritu juvenil y enormemente crítico. Y Arturo que por esas casualidades de la vida topó con el perroflauta motorizado y desde entonces ambos mantienen una cordial relación. Y…
Hemos conversado sobre lo divino y lo humano, hemos seguido complejos vericuetos para observar los problemas sociales actuales y sus posibles soluciones, así como las enormes dificultades que entraña la realización de la utopía que queremos hacer efectiva en el mundo. 

De vuelta a casa, cansado y dolorido, el perroflauta motorizado ha escuchado con el alma muy abierta lo que Juan de Mairena le iba diciendo. Sus palabras calaban muy dentro y producían en el ánimo del perroflauta motorizado un efecto curativo y reanimador (a lo lejos, Bego estaba escuchando esas mismas palabras, lo que hacía sonreír al perroflauta motorizado):
“Hay que tener los ojos muy abiertos para ver las cosas como son; aún más abiertos para verlas otras de lo que son; más abiertos todavía para verlas mejores de lo que son. Yo os aconsejo la visión vigilante, porque vuestra misión es ver e imaginar despiertos, y que no pidáis al sueño sino reposo”.
Y entonces el perroflauta motorizado se ha sentido inmensamente agradecido a Maite, Marisol, Federico, Marga, Arturo, a cuant@s le habían estado acompañando en el portal durante cinco meses y cuant@s habían desfilado ante su cartel, en actitudes muy diferentes, durante todos esos cinco meses. Y a su fiel y permanente compañero durante estos 99 días, Juan. Juan de Mairena.

Hasta mañana

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