En nuestra lucha diaria por la escuela
pública y laica en el portal de la Consejera aragonesa de Educación acaba de
producirse un hecho más, que trata
de impedirla: la impugnación de la sentencia por parte del fiscal.
Tengo pocas dudas de que se trata de un
acto político: aun suponiendo el criterio propio del fiscal, me parece bastante
verosímil que la orden de impugnar la sentencia provenga de más arriba, de unos
cargos públicos que no osan hablar, denunciar, querellarse por sí mismos.
Tengo también muy pocas dudas de que se
tarta de un acto más de impotencia política: quisieron echarnos al principio
con el susto de unas cuantas furgonetas policiales, esperaron que nos fuéramos
por desánimo y aburrimiento (transcurridas unas semanas o meses de estar allí)
o debido a las inclemencias del tiempo, o por lluvia de multas o la amenaza de
incrementar su cuantía asta límites de risa parda, o tras hacernos pasar por un
juicio por lo penal. Sin embargo, no han conseguido nada. Y espero y deseo que
vayan enterándose de que no conseguirán otra cosa que el aumento de ciudadanas
y ciudadanos en ese portal reivindicando la escuela pública y laica y en contra
de los recortes.
Los costes de todas estas movidas son a
cargo del erario público, del dinero del pueblo. ¿Por qué el fiscal no sienta
en el banquillo en nombre del pueblo a todos esos ineptos e irresponsables que
nos gobiernan?
Hoy han estado muchas personas en el
portal. El Canto a la Libertad, memorable. Carlos ha iniciado el tema de en qué
sentido ha de ser universal la educación. Quizá cada día podamos dedicar un
rato a debatir sobre un asunto concreto. Sería otro logro más.
Hasta mañana
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