lunes, 18 de agosto de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 319

Se acabaron las minivacaciones. Fueron un regreso casi al estado neurovegetativo puro y duro. No hacer nada. Vuelta hoy al portal de la Consejera de Educación. Catorce meses y quince días ya reivindicando la escuela pública y laica, denunciando los recortes en educación. Jornada concurrida:  buenos y numerosos amigos.




Principal alegría me causa ver a Marisol y Marga, juntas, en el valle de Tena. ¡Bien!
  

Después, visita de supervisión al cardiólogo. Todo va bien. Esta es la razón de la tardanza a la hora de escribir y enviar hoy el Diario del perroflauta motorizado.

Galileo Galilei, presente y acompañante durante toda la mañana, se ha empeñado que escriba hoy que el Partido gobernante y sus instrumentos mediáticos (por ejemplo, ver La Sexta Noche comienza a ser un acto masoquista) están dedicados cada vez más a aniquilar el mensaje de lo que queda de izquierda: quieren liquidar todo lo que no coincida o no encaje con sus esquemas y mecanismos de engranaje. Lo suelen hacer de dos modos: a) traducen cualquier mensaje de cambio o de revolución como algo negativo, propio de gente ignorante e irresponsable, carente de conocimientos y de seriedad (vg. no pago de la deuda ilegítima del Estado o lucha abierta contra el fraude fiscal; b) explican cualquier mensaje de cambio según conceptos pertenecientes a su propia ideología, con el fin de mostrar su supuesta carencia de base o de realismo. En otras palabras, que alguien les dirija desde la izquierda mensajes explicativos de lo que está ocurriendo con el ánimo de llegar a un común entendimiento equivale a estar hablando con una pared. Su objetivo no es dialogar, sino solo rebatir y descalificar.
Ayer colgué en Facebook un mensaje de Podemos que solicita una ayuda económica personal, que evite el enredo y los compromisos con entidades bancarias, tal como ocurre en otros partidos políticos. Inmediatamente, fue interpretado como mi adscripción personal a Podemos. Repito por enésima vez que no soy socio o milito en ningún partido o asociación, pues abrazo todas y cada una de las siglas que defienden realmente y en la vida y en la calle (no solo en sus programas políticos o en las pancartas de cabecera o en las fotos de la prensa) los derechos humanos fundamentales y las libertades cívicas.



Hasta mañana



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