lunes, 1 de septiembre de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 329


Desde la niñez, un ser humano va a la escuela antes de su “uso de razón” (su corazón apenas si parece contar), si es que vive en un país “desarrollado”, en condiciones de ofrecerle un centro formativo.  Por ejemplo, España, donde damos por supuesto la existencia universal de lo que muchos millones de niños carecen en el planeta Tierra. Hoy es 1 de septiembre y se abren las escuelas en nuestro país para ir preparando el nuevo curso escolar a esos seres humanos que miran, asombrados, a la vida y al mundo.

Se les ha comprado quizá una mochilita, lapiceros de colores, y una bata para que no se manche mucho la ropa. Pero no es eso lo más necesario: en la escuela debe haber sobre todo personas (profes, maestr@s, docentes o como se quiera llamarlas) capaces de entender el lenguaje secreto con que ese niñ@ abre sus brazos a la vida, confía y deposita su confianza en los adultos “educadores”, ni siquiera sospecha que le va a tocar bracear mucho en el mundo y en la vida para mantener su alma relativamente intacta.

Esas personas de mirada tranquilamente penetrante dejan que el niño hable su lenguaje personal, propio. Si así lo hacen, comprenderán también la esencia de cada niñ@ y muchach@, en el transcurso de las etapas de Infantil, Primaria, Secundaria…
Ninguno de los muchachos y muchachas que he tenido en clase en mi vida de profesor de filosofía y de ética ha permanecido ajeno a esa necesidad incesante de cobrar y desbrozar su propia identidad, de encontrar respuestas y acariciar con cariño las preguntas que le llegan. Pero para ello han necesitado el re-conocimiento diario de esa mirada posada con sosiego sobre la suya.

Todas y todos  son personas libres, que no se resignan a que su vida consista en alcanzar las metas a las que parecen estar “destinados”: empleados y servidores de otros.  Rodead@s a menudo  del ajetreo chillón que les invita a sentirse a gusto en el anonimato que les iguala en el olvido de sí mism@s, podrán sentir aún en la escuela, al lado de esas personas de especial mirada, intacta la fuerza capaz de mantenerse a flote. Les dicen que están abocad@s a elegir entre opciones, carreras, especialidades y especializaciones, a subirse sobre una cinta transportadora donde viajan todos los seres humanos que les rodean. Raramente escuchan el verdadero mensaje sobre sí mism@s.

Las personas capaces de entender su lenguaje secreto les mostrarán (=enseñante) que la vida es una aventura incesante si deciden vivirla y convivirla tal como ellas y ellos siempre han necesitado y deseado.
Las maestras y los maestros (superan en y con mucho eso que suele llamarse “profesorado”) de mirada tranquila y penetrante y que entienden el lenguaje multicolor e infinito de cada vida grabarán en su propio corazón y en el de su “alumnado” una sola palabra, que es la llave de todas las demás palabras del mundo: libertad. Ardiendo la libertad en sus vidas se encenderán todas las estrellas del firmamento y con su luz podrán tripular libremente su nave, sin que ningún amo les dicte el rumbo y su destino.

¿Acaso es otra cosa la educación?
  

Hoy he estado con Silvia, nieta de Marisol, una niña que compendia en la vida de sus ojos y en el dulce canto de su voz esa libertad y el derecho a una educación real y verdadera en una escuela pública y laica. Hoy hablaba con Silvia y tenía la sensación de estar hablando con todos los niños y niñas del mundo. Por todos ell@s estaré en el portal de la Consejera aragonesa de Educación mientras me resten vida y fuerzas para ello.
Hoy ha sido estupendo vernos tant@s junt@s en el portal. Viva la escuela pública y laica. Es la esperanza de la humanidad de toda la Humanidad.






Hasta mañana

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