viernes, 28 de noviembre de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 394

              Mañana fecunda y con bastante gente en el portal de la Consejera. Más entregas de documentos relacionados con la celebración del aniversario el 3 de junio pasado. Quiero destacar especialmente a Nieves, mujer y ciudadana ejemplar. Si fuésemos como ella, el término “casta” o “corrupción” quedaría borrada del diccionario usual de la ciudadanía.




Viernes. Es asombrosa la rapidez con que pasan las semanas también el portal de la residencia de la Consejera aragonesa de Educación. Me doy cuenta enseguida de que Thomas Mann está a mi lado, quieto, medio sonriente, mirándome fijamente. Me susurra al oído a modo de saludo matutino: “La monotonía y el vacío pueden abreviar y acelerar vastas extensiones de tiempo hasta reducirlas a la nada… El hastío es, pues, en realidad, una representación enfermiza de la brevedad del tiempo provocada por la monotonía. Los grandes períodos de tiempo, cuando su curso es de una monotonía ininterrumpida, llegan a encogerse en una medida que espantaría mortalmente al espíritu. Cuando los días son semejantes entre sí, no constituyen más que un solo día, y con una uniformidad perfecta, la vida más larga sería vivida como muy breve y pasaría en un momento. La costumbre es una somnolencia, o, al menos, un debilitamiento de la conciencia del tiempo”.
Mann permanece allí, en el portal de la Consejera. Me doy cuenta de que está acompañado de todas las personas y personajes que han ido apareciendo en el portal a lo largo del año y medio que ya llevo en el portal por la escuela pública y laica. Pienso en lo rápido que se me han hecho esos dieciocho meses. Ni monotonía ni costumbre ni hastío ni somnolencia ante el tiempo transcurrido. Cada día voy al portal con todo mi yo, a pesar de todos los pesares. “Tienes suerte, tienes mucha suerte”, vuelve a decirme Thomas Mann. Asiento con la cabeza, mientras Juan, que ha estado hoy también en el portal, y su grupo La última y pa casa cantan la canción “Políticos”. ¡Gracias, Juan!

 

Hasta el próximo día


jueves, 27 de noviembre de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 393

                 Van llegando más escritos testimoniales de lo que personalmente aconteció a cada persona o grupo el día 3 de junio pasado, aniversario de la presencia en la calle Alfonso por la escuela pública y laica (por cierto, fuentes bien informadas me han dicho que el próximo día 4 de diciembre se celebra el primer cumpleaños y medio de esa misma lucha en la calle Alfonso I por la escuela pública y laica y contra los recortes.
El día, como de costumbre, ha salido plomizo, pero el portal de la vivienda de la Consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón ha estado hoy bullicioso y especialmente vivo.





Una muy buena noticia: Pedro ya está bastante recuperado y Marisol pronto volverá a estar en el portal. Tras la dimisión de Ana Mato, ya no podré mostrar más el cartel alusivo a su persona, que poc@s lograban entender: “Pienso, luego existo. Mato, luego enfermo”. La candidatura de Maru Díaz a secretaria general del Consejo Ciudadano del Círculo Podemos Zaragoza sigue trabajando de lo lindo. ¡Mucha suerte!


Hoy si tengo ganas de cantar, pero Status Quo ha hecho caso omiso de mi propuesta y cantan solos

Hasta mañana




Sacerdotes o no, son delincuentes sexuales y punto


PUBLICADO EL LUNES, 1 DE DICIEMBRE EN EL HUFFINGTON POST

Se me atragantaron las galletas integrales del desayuno al escuchar la noticia: los tres sacerdotes y el profesor de Religión detenidos por abusar sexualmente de un muchacho durante cinco años (están surgiendo otras denuncias más) han sido puestos en libertad por el juez de instrucción nº 4 de Granada: libertad con cargos para tres y prisión eludible con una fianza de 10.000 euros para el cuarto, el sacerdote jefe del clan. Se me llenó la cabeza de una sola pregunta, a la que no podía encontrar respuesta sensata: hace unas semanas se hablaba a todas horas y sin ambages del “monstruo de Ciudad Lineal” referido a un abusador de menores y, sin embargo, los clérigos y adláteres católicos acusados de abusar sexualmente de menores durante un tiempo prolongado están en la calle y reciben siempre el calificativo de “presuntos”. ¿Cuál es la diferencia entre ellos?

La noche anterior se me había atragantado también el tomate rosa de la cena al enterarme de que el obispo de mi ciudad, Manuel Ureña, había mentido pública e impúdicamente al aducir razones de salud para dimitir de su cargo episcopal, cuando en realidad fue cesado fulminantemente por el Papa Francisco por ocultar un caso de acoso y lío sexual entre clérigos en una parroquia e indemnizar a escondidas a la víctima (lo que faltaba: 105.000 euros de los 10.000 millones de euros que obtiene la iglesia católica de las arcas públicas del Estado, destinados nada más y nada menos que a tapar acosos y abusos sexuales entre los propios clérigos).

A su vez, el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, se postraba recientemente en señal de penitencia y petición de perdón por los “escándalos de la Iglesia” ante el altar mayor de la catedral (en una puesta en escena cuidada al detalle). Sin embargo, apenas  se hace mención de las víctimas (las granadinas y todas las demás, de momento larvadas, en un inmenso pozo negro de abusos de sacerdotes y religiosos a menores existente en España: quedan centenares, miles de casos más). Pues bien, más allá del posible dolor y de los inextricables discursos sobre el ”pecado”, los abusos sexuales a menores son un delito y quienes los cometen son delincuentes, con derecho, eso sí, a un juicio ecuánime dentro de los cánones del Derecho Penal, la correspondiente sentencia y la cárcel, si así lo dictamina el juez y su sentencia.

En efecto, los obispos suelen escudarse tras su propia jerga (“pecado”, “escándalo”) en lugar de hacer frente a los hechos tal como son. Mal que les pese, España es constitucionalmente aconfesional (por mucho que la realidad que se palpa diariamente muestre la falta de convicciones laicas que tienen casi todos los dirigentes políticos hispanos, desde la Jefatura del Estado hasta las instituciones locales, pasando por los gobiernos centrales y autonómicos). En esa España aconfesional la mayor parte de la ciudadanía ni comprende ni se siente concernida por semejante nomenclatura religiosa. “Pecado” es un término sin referente en el mundo y las proposiciones trenzadas en torno al vocablo “pecado” y la jerga clerical no dejan de ser simples pseudoproposiciones.

Llama la atención el silencio sobre abusos sexuales a menores cometidos por miembros de la Iglesia Católica (principalmente clérigos y religiosos) en España, Italia y Polonia (países eminentemente católicos) y, en cambio, la multitud de casos descubiertos durante décadas en Argentina, Irlanda, Estados Unidos, Alemania, Bélgica, Méjico, Colombia, Chile, etc., que han arruinado a algunas diócesis católicas ricas solo por hacerse cargo de las indemnizaciones a las víctimas. Solo como botón de muestra, el Gobierno irlandés acordó con la Iglesia católica irlandesa hacerse cargo de 1.200 millones de euros y la jerarquía católica, de 128, para indemnizaciones por los abusos sexuales perpetrados. Tal diferencia se oficializó aduciendo que, si bien los abusadores eran clérigos y religiosos, las instituciones a las que pertenecían eran de titularidad pública (la confesionalidad constitucional de Irlanda alcanza cotas paroxísticas; basta para ello leer el Preámbulo de la Constitución irlandesa).

En muchos de esos países no tiene sentido hablar de pecado, sino de delito y como delincuentes fueron juzgados los abusadores. En España, sin embargo, existe un cúmulo de elementos ideológicos y jurídicos para que las distintas instituciones del Estado (públicas, solo públicas y nada más que públicas) estén condicionadas por las presiones de un lobby tan poderoso a la hora de gobernar y votar como es la Iglesia Católica, con la que el Estado español sigue manteniendo el Concordato de 1953 entre la España de Franco y el Estado del Vaticano y los posteriores Acuerdos de enero de 1979 entre un Estado español netamente posfranquista y el Vaticano. Hasta tal punto llega este poder que no ha habido un solo Gobierno español desde la “transición” hasta nuestros días que haya osado denunciar y derogar el Concordato y los Acuerdos antedichos. Quousque tandem?

 







miércoles, 26 de noviembre de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 392

Sólo una pequeña reflexión para empezar. Hablan los prelados católicos de “profundo dolor” y de “pecados de la Iglesia” en relación con los abusos sexuales a menores perpetrados por clérigos y algún profesor de Religión en Institutos dentro de la provincia de Granada (no es más que asomarse al inmenso pozo negro de abusos de sacerdotes y religiosos a menores existente en España: quedan miles, decenas de  miles de casos más). El obispo de mi ciudad es cesado fulminantemente por el Papa Francisco por ocultar un caso de acoso sexual e indemnizar a escondidas a la víctima (lo que faltaba: 100.000 euros de los 10.000 millones de euros que obtiene la iglesia católica de las arcas públicas del Estado son destinados a tapar acosos y abusos sexuales). Pues bien, más allá del posible dolor y de los inextricables discursos sobre el ”pecado”, los abusos sexuales a menores son un delito y quienes los cometen son delincuentes, que merecen solo un juicio ecuánime dentro de los cánones del Derecho Penal, una sentencia en correspondencia y la cárcel, si así dictamina el juez y su sentencia. Ya está bien de hablar sin ambages del “violador de Ciudad Lineal” o del “monstruo de Ciudad Lineal” y en este caso, en cambio, hablar de “presuntos”.
Hoy día algo plano, como el tiempo meteorológico. Hemos cantado el canto a la Libertad Carlos, Javier y el perroflauta motorizado. Después han venido Cristina e Israel. Comienzan a llover algunos escritos por parte de los visitantes del portal el día 3 de junio, primer aniversario de nuestra presencia en el portal de la Consejera aragonesa de Educación. Formarán parte de las alegaciones que presentará mi abogada. ¡Gracias!



No tengo ninguna gana de cantar, pero Zager y Evans, sí.



Hasta mañana