lunes, 12 de enero de 2015

Diario de un perroflauta motorizado, 420

  Otra semana más. Y van… El portento de acudir cada mañana al portal de la Consejera aragonesa de Educación no es la persistencia y la resistencia, sino que ninguna de esas mañanas se convierta para mí en rutina.
Hoy estaba la calle Alfonso en las inmediaciones del portal de la Consejera llena de sal para que los viandantes no resbalasen a causa del hielo. Mañana tranquila con las personas habituales y la presencia especial de Ana, Nacho y José Manuel.




Este fin de semana pasado he estado redactando documentos de cierta relevancia en el tema educativo. Ha sido un gran esfuerzo físico y mental, horas y horas dedicadas a plasmar las ideas y los ideales que llevo dentro. Finalmente, resta siempre la sensación de haber hecho algo bueno y valioso. Una vez más se ha fundido en una sola realidad lo que quiero, lo que hago y lo que debo. Por este tesoro no cuesta pagar el precio que sea preciso.
Me vienen a la mente los versos de Brecht dirigidos a un médico mientras pienso en una madre o un padre preguntando a la Consejera de Educación:
Dices que el dolor en el hombro
proviene de la humedad, de la que
también proviene la mancha que hay en la pared de nuestra casa.
Dinos entonces:
¿de dónde proviene la humedad?
Exceso de trabajo y falta de comida
nos hacen flacos y débiles.
Tu receta dice:
“Tiene que aumentar de peso.”
Es como decirle al junco
que no debe mojarse
¿Cuánto tiempo nos dedicas?
Es evidente: la alfombra de tu casa
cuesta tanto como cinco mil consultas.
Probablemente dirás que eres inocente.
La mancha de humedad en la pared de nuestra casa
dice lo mismo.
Mientras veo a unas personas dándose de palos por un detalle insignificante de un árbol cercano, observo también que ninguna de ellas habla de bosques, de horizontes o de los nidos sostenidos por las vigorosas ramas de no pocos de esos árboles.
Lorca nos regala un breve poema que acaricia a los árboles
Árboles!
¿Habéis sido flechas
caídas del azul?
¿Qué terribles guerreros os lanzaron?
¿Han sido las estrellas?
Vuestras músicas vienen del alma de los pájaros,
de los ojos de Dios,
de la pasión perfecta.
¡Arboles!
¿Conocerán vuestras raíces toscas
mi corazón en tierra?

Y ya puesto, prefiero terminar con otro poema de Lorca que me sedujo ya en mi primera juventud:
En la mañana verde,
quería ser corazón.
Corazón.
Y en la tarde madura
quería ser ruiseñor.
Ruiseñor.
(Alma,
ponte color de naranja.
Alma,
ponte color de amor)
En la mañana viva,
yo quería ser yo.
Corazón.
Y en la tarde caída
quería ser mi voz.
Ruiseñor.
¡Alma,
ponte color naranja!
¡Alma,
ponte color de amor!

Desde una distancia cercana, Maika Makovski canta esta maravillosa canción


         
          Hasta mañana




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