jueves, 22 de enero de 2015

Diario de un perroflauta motorizado, 428


“Primero cogieron a los comunistas,
y yo no dije nada porque no era comunista”, comentó como de pasada un hombre que paseaba ante el portal de la Consejera aragonesa de Educación, María Dolores (muchos, muchos dolores…) Serrat.

“Luego se llevaron a los judíos,
y yo no dije nada porque no era judío”, explicó un rutilante catedrático de la universidad de la ciudad.

Luego, vinieron a buscar a los obreros;
no dije nada, porque no era obrero ni sindicalista, comentó un sindicalista liberado a fin de poder dedicarse en vano a asuntos sindicales marginales.

Más tarde se metieron con los católicos,
y no dije nada porque yo era protestante, apostilló, a su vez, el cura párroco de El Pilar, que vivía enfrente del portal.

Cuando, finalmente, vinieron a por mí,
ya no quedaba nadie para protestar, exclamaron al unísono desde sus casas los 25 millones de personas que seguían pensando que la cosa estaba mal, pero que nada malo les iba a pasar porque no habían robado ni matado a nadie.

Y se oyó una voz proveniente de la ionosfera, que decía: “Que aquel que busca siga buscando hasta que encuentre. Cuando encuentre, quizá se turbe, pero su alma no quedará vacía. Sumido en el asombro, gobernará sobre todas las cosas”

Entretanto, más de una, aunque algo menos de cuatro o cinco mil personas cantaban el Canto a la Libertad a las doce en punto del mediodía. Entre ellas, representantes del Cuerpo de Bomberos y del Cuerpo de Correos.





Hasta mañana


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