viernes, 18 de septiembre de 2015

Diario de un profeflauta motorizado, 568




Viernes frío y la marquesina de Puerta Cinegia no deja entrar en calorcillo del sol que da en la plaza de España. Fernando nos ha regalado su presencia durante un buen rato de la mañana, Beatriz reparte con arte octavillas entre los viandantes y Marisol dispensa a todos tranquilidad. Siguen acercándose personas que manifiestan su conformidad con nuestras reivindicaciones; también otras que muestran su desacuerdo. Incluso hace unos días una mujer se acercó para devolvernos íntegra la octavilla como signo de su discrepancia. Es de agradecer su educado gesto por mucho que sean antagónicos algunos puntos de vista.


Pocas composiciones musicales pueden parangonarse con el Liebestod de Wagner, en el aria final de Tristan e Isolda: Isolda se transporta hacia otra dimensión "muriendo de amor" junto al cuerpo tendido de Tristán. Olas de sublime identificación con el ser amado, de muerte amando. Maravilloso canto de amor y de desgarro por la muerte de quien amamos.


Hasta el próximo día.




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