martes, 26 de enero de 2016

Carta abierta al Presidente de Aragón Javier Lambán


A la atención de D. Francisco Javier Lambán Montañés
Presidente de Aragón

Apreciado señor Lambán:

Permítame expresarle algunas ideas surgidas al hilo de sus últimas declaraciones aparecidas en los medios de comunicación.

Tiene usted razón al afirmar que el PP podría bloquear tanto en el Senado como en el Congreso un posible referéndum en Cataluña (según los artículos  167 y 168 de la Constitución), pero no entiendo por qué tacha un referéndum (por ejemplo, sobre Cataluña) de "anticonstitucional", si tenemos en cuenta el artículo 92 del Capitulo 2º del Título III de la Constitución Española:  las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos”. Considero que es menos constitucional evitar el uso del referéndum que consultar a la ciudadanía sobre asuntos de especial transcendencia, aunque los partidos políticos hasta ahora gobernantes,  PP y PSOE, hayan obviado sin excepción desde 1986 consultar directamente al pueblo asuntos de especial transcendencia mediante referéndum (vg. la reforma del artículo 135 en 2011).

Usted insiste en que en una negociación de gobierno es “inaceptable” si se cuestiona la “unidad de España” o la “unidad nacional”. Me pregunto de qué España concreta está hablando o qué tiene de antidemocrático concebir a nuestro país, por ejemplo, como un Estado Federal o Confederal cuyos miembros se hayan auto-constituido previamente como estados soberanos.  Su concepción esclerótica de la Constitución me recuerda al salón de la película de Luis Buñuel “El ángel exterminador” del que no pueden salir unas personas por alguna razón misteriosa y desconocida, aunque aparentemente no hay nada que se lo impida.

Usted seguramente sabe que, recién aprobada la Segunda República española, el PSOE fue miembro destacado del “Comité Revolucionario”, entre los que formaban parte los socialistas Largo Caballero, Fernando de los Ríos y Álvaro de Albornoz. En aquel entonces la única línea roja era el pueblo y la trazaba el pueblo. Su partido constituyó asimismo hasta 1933 la “coalición socialista-republicana”, fue protagonista en la Revolución social y obrera de 1934 en Asturias y en las elecciones generales de 1936 formó parte asimismo del Frente Popular, del brazo de una multitud de grupos republicanos, nacionalistas, sindicalistas, etc.  ¿Por qué saco ahora todo esto a colación? Sencillamente porque tengo la impresión de que  sus declaraciones recientes como Presidente del Gobierno aragonés se parecen como un huevo a una castaña a un Partido Socialista.

Tampoco entiendo bien que usted se incline a crear una “mayoría de progreso”, sumando escaños con Podemos e IU, aunque, eso sí, tal pacto debe tener unos límites "absolutamente claros": "deben renunciar previamente a plantear cualquier cuestión que ponga en duda la soberanía nacional", descartar posibles referéndums o consultas en Cataluña o en otras autonomías o negociar con los partidos que incluyen en sus programas un referéndum y el derecho a decidir para Cataluña, ¿No le parece que se está contradiciendo? Usted está gobernando con el apoyo directo explícito de Podemos, que en su programa deja bien claro su inequívoca opción por el derecho de autodeterminación y por la celebración de un referéndum en Cataluña.

Permítame que acuda otra vez a la historia reciente del país y de su partido. Nada más proclamarse la Segunda República, Francesc Macià declaró la “República Catalana”. Tres días después, tres ministros del Gobierno Provisional, entre ellos el socialista Fernando de los Ríos, se personaban en Barcelona para dialogar y negociar con Francesc Macià, alcanzando un acuerdo por el que renunciaba a la “República Catalana” a cambio del Estatuto de Autonomía que decidiera Cataluña. ¿Cómo se consiguió todo esto? Negociando, comprendiendo, empatizando, y no con el cazurrismo político al que también usted parece estar apuntado.

Me da la impresión de que usted incurre en nuevas contradicciones cuando achaca a Mas “desafiar al sentido común y a la propia democracia” por decir que lo que no se había conseguido con los votos, se conseguiría mediante la negociación. ¿Acaso no es eso lo que usted mismo ha hecho realidad democráticamente para alcanzar el Gobierno y la Presidencia de Gobierno de Aragón? ¿Acaso no es lo mismo que está pretendiendo hacer democráticamente el propio Pedro Sánchez?

Por si fuera poco, afirmó usted recientemente que es “un error” la reforma del artículo 135 de la Constitución. Permítame decirle que mientras el artículo 135, lamentablemente reformado en 2011 por su Partido y por el PP, consagre, mediante el eufemismo de “estabilidad presupuestaria”, que bajo ningún concepto el Estado y las Comunidades Autónomas podrán “incurrir en un déficit estructural que supere los márgenes establecidos, en su caso, por la Unión Europea para sus Estados Miembros”, los Presupuestos Generales, los programas electorales y cualquier medida de gobierno estarán bajo la vigilante mirada de la Troika financiera: el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo.

La realidad cruda y nuda es que ustedes nos dejaron atrapados en un sistema económico garantizado por el artículo 135, que nos condena a ser perpetuos deudores y al desmoronamiento definitivo del anterior estado del bienestar. Por el momento, consideradas las previsiones de déficit, Bruselas ya ha calculado que al Gobierno español que fuere le tocará recortar en 2016  de 10.000 a 12.000 millones de euros más y decidir de dónde recorta y a costa de qué recorta. ¿Han calculado ya usted y su gabinete a cuánto puede ascender la parte alícuota de recortes correspondiente a Aragón?

El verdadero programa del Gobierno aragonés (no el programa de las palabras, sino el de los hechos) está totalmente condicionado y determinado por la Troika, que tiene las puertas económicas de nuestro país abiertas de par en par gracias al artículo 135. De poco sirve prometer el oro y el moro sobre educación, sanidad, renta básica, pensiones, dependencia, vivienda…, mientras quienes tienen la última y definitiva palabra sean la Troika y su artículo 135 de la Constitución Española.

¿Es realmente un “error” reformar el lamentablemente reformado por su Partido artículo 135 de la Constitución? En mi opinión, además de tener la impresión de que usted propende a buscar el amparo de los buenos árboles de cada momento para encontrar algún cobijo en su sombra, viendo sus idas y venidas, viendo sus donde dije digo, digo Diego, viendo las declaraciones, acciones y sobre todo omisiones suyas y del Gobierno que usted preside, concluyo, parafraseando El Cantar de Mio Cid, qué buen pueblo sería Aragón si tuviera buen señor.

Con mis atentos saludos
Antonio Aramayona









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